En nuestras visitas guiadas en Pamplona, un tema que siempre tocamos es los Sanfermines y sus encierros. Esta fiesta no sería tan conocida si no hubiera sido por un escritor norteamericano llamado Ernest Hemingway. Pero, ¿Sabes como fué su relación con Pamplona? Aprovechamos una exposición que hubo en Pamplona sobre su figura para compartir contigo información que conecta a Hemingway con Pamplona, San Fermines, encierros,…
Ernest Miller Hemingway nació el 21 de Julio de 1899 en la localidad de Oak Park (Illinois, Estados Unidos), que por aquel entonces contaba con una población similar a la de Pamplona. Pronto descubrió en el periodismo su vocación y su profesión y, tras trabajar para varios periódicos americanos, en 1921 se establece en París con su primera mujer Hadley Richardson como corresponsal del diario canadiense “The Toronto Star”. En Europa descubre su pasión por la literatura y en Pamplona encuentra el germen de su primera gran novela “The sun also rises”. El reconocimiento mundial se plasmó en 1953con el Premio Pulitzer por “El viejo y el Mar” (Hemingway fue un apasionado de la pesca) y en 1954 recibió el Premio Nobel de Literatura. Murió el 2 de Julio de 1961. Pamplona nunca le brindó un homenaje en vida.
El descubrimiento
Hemingway y su esposa Hadley Richardon (embarazada de su primer hijo) llegan por primera vez a Pamplona el 6 de julio de 1923. Acuden porque la escritora Gertrude Stein les recomienda la ciudad para disfrutar de una segunda luna de miel. Nada más llegar descubren con sorpresa que el hotel en el que habían reservado habitación no lo había hecho y les ofrecía un “cuartucho” por un precio desorbitado. Tras encontrar una solución, la pareja se lanza a descubrir una ciudad y una fiesta que marcarían sus vidas para siempre. Al joven escritor le sorprende la manera de ser de las gentes y la alegría de sus calles. Nada más volver a París comienza a ahorrar para regresar el próximo año. Hemingway había descubierto un lugar en el que se encontró a él mismo y al escritor que llevaba dentro. A partir de estas vivencias nada volvió a ser igual.
Tras los Sanfermines de 1925, Ernest Hemingway se lanza a escribir una nueva novela. El primer borrador de “The Sun also rises” le llevó dos meses. Entre el 13 de Julio y el 25 de Septiembre de 1925 lo termina entre sus viajes a Madrid, Valencia, Donostia-San Sebastián y París. En “París era una fiesta”, Hemingway explica que viajó con su esposa Hadley a Schruns (Austria) para redactar la primera mitad del manuscrito. Tras consultar con su amigo el también escritor Scott Fitzgerald, terminó la novela en enero de 1926 y voló a Nueva York para mostrársela a la editorial De vuelta a Schruns, acabó de revisar el libro, que entró en el mes de abril de 1926. La editorial Scribner’s publicó la novela el 22 de octubre de 1926. Fue un éxito inmediato en el mundo cultural estadounidense. “The sun also rises” supone, además de la inclusión de Pamplona en la literatura universal, un giro en la literatura anglosajona, por su lenguaje llano y directo y por su descripción rápida, detallada y casi pletórica.
El Regreso
Después de su oposición frontal a la dictadura franquista y de sus artículos a favor de la República, Hemingway pensó que jamás volvería a Pamplona. Desde 1939, la censura franquista prohibió, entre otros, la lectura de Hemingway. Sin embargo, en 1953 con el acuerdo firmado por la dictadura franquista con Estados Unidos y el Vaticano, las fronteras se relajan para los ciudadanos estadounidenses, lo que le abría la puerta a volver ese mismo año a su segunda patria (siempre y cuando no hablase de política en sus artículos). Ninguno de sus amigos seguía en la cárcel, condición que se había impuesto a sí mismo para volver, por lo que Hemingway decide regresar. En 1959 recibe una oferta de la revista “Life” para escribir la segunda parte de “Muerte en la tarde”. En ese momento el ya laureado escritor vuelve a encontrar al joven periodista que dejó a finales de los años 1930 y recupera parte de la felicidad perdida. Es entonces cuando recuerda la Guerra Civil y ese artículo escrito el 11 de febrero de 1939 en el que explica que “nuestros muertos viven e los corazones y en la conciencia de todos los hombres sencillos y honestos que creían en la República… el pueblo se alzará de nuevo para combatir la tiranía”.